
Lola está preadoptada en Zaragoza, ha tenido algunos problemas de adaptación sobre todo con el tema de la ansiedad, pero con ayuda de las pautas, Y de la paciencia y el cariño de su familia, se está adaptado y ya casi no lloriquea cuando se queda sola.
La vida la ha golpeado duramente, ha perdido una pata, seguramente se tropezó con un cepo en su camino, y ha sido abandonada, porque no servía para cazar.
En la protectora ha estado durante meses en una pequeña jaula de hospital para que los demás no se ensañasen con ella, a causa de su minusvalia y así evitar que una mañana apareciese muerta.
Ha soportado 3 operaciones y ahora su vida ha cambiado, gracias al cariño de Carlos y su esposa que le han dado esta maravillosa oportunidad de tener una vida digna como todos los perros se merecen.



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